Descubren un fast food en Pompeya de más de 2000 años de antigüedad

cabrito, caracoles e incluso una “paella” mixta, algunos platos de la carta

TAGS: FOOD CULTURE, ITALIA, CURIOSIDADES, RESTAURANTES

POR MARTA HUERTAS CIURANA

Foto: Roman Archaeology News

Foto: Roman Archaeology News

Ya lo dicen nuestro mayores, sean de la edad que sean: “niña, si al final está todo inventado” y hoy les volvemos a dar la razón. Si pensábamos que la comida rápida, comida para llevar y demás derivados de ocio, disfrute y pereza gastronómicos eran un invento de las generaciones perdidas y desarraigadas del siglo XX, estábamos muy equivocados. Resulta que esta semana, en una de las excavaciones de Pompeya ha sido hallado un Termopolio, el local de la antigua Roma que ofrecía comida para llevar. La noticia se ha conocido a través de un comunicado del Parque Arqueológico de Pompeya.

Pompeya fue arrasada y sepultada por el Vesubio junto con otras ciudades aledañas como Herculano o Estabia en el año 79 d.C. y fue descubierta en el año 1748, convirtiéndose en una de las áreas arqueológicas más importantes de Italia, ya que la ceniza que lo cubrió todo, ayudó a su conservación.

Foto: Roman Archaeology News

Foto: Roman Archaeology News

¿QUÉ ES UN TERMOPOLIO?

El Thermopolium o thermopolia era un bar o taberna pequeño donde se servía y vendía comida preparada para llevar, tanto fría como caliente, a las clases más bajas de la ciudad, según los arqueólogos. El cliente elegía el menú y pagaba directamente en el mostrador. Optaban por comerlo en el “triclinio” del local o llevárselo a casa.

El triclinio era un comedor situado en el local, decorado normalmente con frescos y que estaba acondicionado para que los clientes comieran cómodamente. Otra dependencia de la que disponían algunos thermopolia era el “viridarium”, un jardín cerrado donde los clientes podían disfrutar a la fresca de su comida. O sea, igualito que ahora: hay restaurantes con salón interior y otros con terraza exterior.

Foto: Luigi Spina

Foto: Luigi Spina

Los termopolios fueron muy característicos del Imperio Romano y de la ciudad de Pompeya, donde había alrededor de unos 80 en el momento en que quedó sepultada por la ceniza. La comida se conservaba en grandes tarros o recipientes incrustados en el mostrador, en forma de L. Queda claro que por aquel entonces era muy habitual comer fuera de casa, al contrario de lo que uno pueda pensar. Volvemos de nuevo al “casi todo está ya inventado”. Y además, a los pompeyanos les gustaba comer al aire libre, debido al buen clima en el golfo de Nápoles. De ahí también el hecho de haber encontrado materiales de despensa y transporte: nueve ánforas, una pátera de bronce, dos frascos y una olla común de cerámica de mesa, que apuntan al origen de la gastronomía “para llevar”. Nada de plásticos, eso sí.

termopolio pompeya 3.jpeg

Los thermopolia eran tan populares, que muchas de las casas de Pompeya carecían de cocina. Comer fuera de casa era una de las actividades sociales más importantes de Pompeya y la comida en los thermopolia era muy barata. Algo así ocurre hoy en día en muchos países del mundo. En algunos porque los precios de los pisos y de las frutas y verduras son tan elevados que sólo te queda la opción de vivir en un cuartucho y comer una porción de pizza por la calle para cenar. En otros casos porque la comida callejera forma parte de la cultura y sustenta la economía de muchas casas y es de una calidad insuperable.

PLATOS DEL DÍA

Han aparecido cazuelas de barro con restos de platos como cabrito, caracoles y hasta una especie de paella con pescado y carne juntos. (Sobre el arroz con cosas ya hemos hablado en otras ocasiones). Quesos duros y blandos, cebolla, lentejas, cereales y frutas son otros de los alimentos que se servían en este local.

Llama la atención el descubrimiento de un tarro con habas molidas que se usaban para modificar el color y el sabor del vino.

Foto: Luigi Spina

Foto: Luigi Spina

Foto: Luigi Spina

Foto: Luigi Spina

La antropóloga Valeria Amoretti destaca que «los primeros análisis confirman que las pinturas del mostrador representan, al menos en parte, los alimentos y bebidas que realmente se vendían dentro del termopolio: entre los cuadros del mostrador se representan dos ánades reales y, de hecho, se ha encontrado un fragmento de hueso de pato dentro de uno de los recipientes, junto con cerdo, cabras, pescados y caracoles de tierra, atestiguando la gran variedad de productos de origen animal utilizados para la elaboración de los platos».

Parece ser que en este caso se conoce el propietario del termopolio: Vetutius Plácido. Y parece ser que el negocio no le iba nada mal: se han encontrado también tarros con las ganancias de unos días y la cosa parecía rentable.

de las pinturas romanas a los carteles de neón

Uno de los aspectos que más destaca de este hallazgo son las pinturas del mostrador de esta “taberna” que nos remiten a la idea de cartel comercial, o una especie de carta ilustrada, para detectar rápidamente en qué consistía la oferta gastronómica del local en cuestión.

¿Puedes encontrar las 8 diferencias?

Foto:  web

Foto: web

Foto: Luigi Spina

Foto: Luigi Spina

Se cree que las ilustraciones corresponderían al tipo de platos que se vendían: dos patos reales expuestos boca abajo, listos para ser preparados y comidos, y un gallo. Hay en el mostrador también una ilustración de un perro con correa, este último diferenciado del resto y sin que quede demasiado claro si también era uno de los platos de la carta o una especie de “Cuidado con el perro” de la época. Además en la ilustración del perro se lee una inscripción burlona a modo de grafiti, seguramente dedicada al dueño del negocio: “Nicia cinaede cacator” (Nicia es un cagón maricón)

RESTOS HUMANOS y UN ESQUELETO DE PERRO

Se han encontrado también restos humanos que pertenecen a un individuo de unos 50 años que se encontraba tumbado en el momento de la erupción. Los huesos hallados están desperdigados, probablemente a causa de las excavaciones clandestinas que se realizaban durante el siglo XVII en busca de objetos preciosos. El director del Parque Arqueológico de Pompeya, Massimo Osanna, ha destacado que se trata de un descubrimiento que “nos devuelve una increíble fotografía del día de la erupción del Vesubio”, en el año 79 d. C.

“Se encontró –añade la antropóloga Amoretti- un esqueleto de perro completo. No es grande y musculoso como el pintado en el mostrador, sino un ejemplar adulto pequeño, de 20 o 25 centímetros de altura. Aún quedan por investigar los huesos pertenecientes al menos a otro individuo”.

Foto: Luigi Spina

Foto: Luigi Spina

LA IMPORTANCIA DEL HALLAZGO

El director del Parque Arqueológico de Pompeya ha valorado así el descubrimiento: “Además de ser un testimonio más de la vida cotidiana en Pompeya, las posibilidades de análisis de este termopolio son excepcionales, pues por primera vez se ha excavado en su totalidad un entorno de este tipo y se han podido realizar todos los análisis que permiten las tecnologías actuales”.

Estos establecimientos ya eran conocidos en Pompeya, pero según la directora interina del yacimiento arqueológico, Alfonsina Russo, su valor esta vez ha sido encontrar uno con “todos los objetos que acompañaban la actividad comercial”.

TEXTO: MARTA HUERTAS CIURANA (@MAHUCI)

TAGS: FOOD CULTURE, ITALIA, CURIOSIDADES, RESTAURANTES

CONTENIDO RELACIONADO

Comer Filetti di Baccalà en Roma, la historia romana servida en un plato

La noche de Reyes más erótica se celebra cada año en Arenys de Mar (Barcelona)

Menjar blanc, el postre del siglo XIV que resiste en Reus


A TI, QUE TE GUSTA COMER CON LAS MANOS

COMPARTE